¿Qué son los test de estrés a los bancos?
Los test de estrés miden la solvencia de los bancos europeos. En este nuevo post vamos a ver en qué consisten estos exámenes que las entidades bancarias han de superar. Es de hecho una de nuestras especialidades, junto a otras como la de reclamar cantidades entregadas a cuenta de una promotora que no haya cumplido con lo acordado en el contrato. El organismo encargado de realizar los tests de estrés es la Autoridad Bancaria Europea (EBA).
A modo de resumen, podemos decir que un test de estrés a la banca es el balance o la estructura financiera de una entidad bancaria. En el “activo” cuentan el efectivo, las inversiones y los préstamos a los clientes. Es decir, lo que el banco puede reclamar fácilmente a sus clientes, los llamados derechos del banco.
Por otro lado, en el “pasivo” entran los préstamos interbancarios y los depósitos de sus clientes. Por lo tanto, el banco tiene que responder con facilidad a sus clientes. Son por lo tanto las obligaciones de la entidad.
En el “capital” encontramos los préstamos y los depósitos no exigibles y los recursos propios del banco.
Un test de estrés, también llamado prueba de resistencia, es una simulación en distintos escenarios económicos desfavorables de cara a cuantificar cómo afectarían esas hipotéticas condiciones al banco. En caso de un escenario adverso, habría que calcular en cuánto disminuiría su activo y si el banco sería capaz de cubrir la disminución con su capital. En Lamana Abogados te insistimos en que el resultado de esta prueba es clave porque, si el capital del banco no es suficiente, se podría ver afectado el pasivo y con ello los depósitos de los ahorradores.
Un escenario económico adverso puede venir dado por ejemplo por un aumento de la morosidad, por la devaluación de las inversiones, el incremento de la tasa de desempleo o la caída de las bolsas.
Superar el test de estrés no depende del tamaño del capital dentro del balance del banco. Este se somete a situaciones de estrés en un horizonte temporal. Se va cuantificando cómo se vería deteriorado su activo en un escenario adverso y se comprueba si dispone de suficiente capital para no poner en riesgo su pasivo, es decir, los ahorros de sus clientes. Para asegurar esto último, se determina en cada escenario qué porcentaje del balance del banco ha de representar el capital.